El acceso sur de la Alcazaba es el punto más conflictivo del proyecto ya que para llegar a su puerta hay que superar los 14m de desnivel con la Plaza Pedro de Mendoza. Se plantea una nueva plaza simplificando su trazado y unas terrazas aprovechando la tierra procedente de las excavaciones.
Para la manzana se plantea la utilización de unas piezas cerámicas que serán utilizadas durante las excavaciones arqueológicas para delimitar los caminos de los visitantes. Estas viviendas se realizan siguiendo la tradición constructiva accitana.
La distribución del seminario se replantea tomando como base el nuevo uso propuesto. Las celdas y espacios principales del seminario pasan a ser considerados parte del uso hotelero. Se concentra la actuación en la parte trasera del conjunto, en peor estado de conservación. Del conjunto original se mantienen carpinterías, recorridos y estructuras principales así como la biblioteca.
El nuevo uso hotelero del seminario se encuentra intimamente relacionado con la iglesia de San Agustín que tras su reconstrucción en base a fotografías se utilizaría como salón de actos y celebraciones del hotel. De este edificio se reservaría el altar, sacralizado para la hermandad de Las Lagrimas, que actualmente posee la propiedad del inmueble.
El avanzado estado de deterioro de muchos de estos edificios ha arrojado luz sobre las técnicas constructivas utilizadas para la realización de los mismo, lo cual nos permite comprender la idiosincrasia constructiva de las diferentes materialidades que podemos encontrar en Guadix. Esta materialidad está intimamente relacionada con la tierra y la cerámica, desde el ladrillo al tapial.